Salimos temprano en el autobús No. 24 donde el guía local nos lleva a un City Tour por los lugares más emblemáticos de Casablanca,
y por supuesto, estando cerca del puerto sobre un promontorio
artificial en la playa atlántica, comenzar la visita por la Gran
Mezquita de HASSAN II, en un día bien soleado y con clima mediterráneo.
Continuamos nuestro recorrido por el malecón, playas, hoteles y grandes restaurantes por todo el bonito BOULEVARD del CORNICHE
donde comenzamos por primera vez a ver “Casas Blancas” (el Ricks Cafè
también estaba “Bien Blanco), porque tanto el barrio de la chabola, que
dejamos atrás con la mezquita, y las residencias de la antigua medina,
solo denota pobreza, suciedad y abandono, todo muy poco turístico.
El paseo es agradable, haciendo una corta parada de observación, y utilización de los servicios, en el lujoso “Hotel Le Littoral” durante la hora de almuerzo, para continuar nuestro recorrido por todo el boulevard con un ambiente turístico y local muy distinto. Mucha gente en la playa, es domingo, comiendo en los restaurantes o simplemente paseando por el malecón, muestra un sorpresivo cambio en la percepción del ambiente de Casablanca.
Seguimos a pie por el barrio de los Habous, (Nidara des Habous) conocido como el distrito de los hombres santos o medina nueva, un barrio construido por los franceses en los años 20, de mucha animación, no sé si por ser domingo, donde pequeñas plazas adornadas de coloridas flores, estrechos caminos o callejuelas contorsionadas, con impresionantes arcos y puertas de madera, llevándonos de un mercado a otro conocido en árabe como ZOCOS o lugares donde cada uno mantiene exclusividad en un producto. Nuestro guía nos detuvo en el ZOCO de las aceitunas de olor tan característico, agradable por cierto, que no pudimos evitar la tentación de probarlas. Aceites y especies también es característico de este mercado.
En este barrio se levanta la Mahkama du Pachá, edificio que sirve de tribunal y salón oficial de recepciones con actividad todo el año y que solo pudimos observar por fuera, con la mezquita central en la Gran Plaza, la Iglesia de Notre Dame de Lourdes, obra de los años 50, y el palacio real, sede oficial cuando el rey visita Casablanca y al que nuestro guía le dedicó un buen tiempo como parte final del tour, sobre todo a su impresionante puerta. El palacio no está abierto al público, y aunque se comenta que tampoco en la plaza se permite visitantes, el guardia de turno nos “invitó” a pasar hasta el frente de la puerta sin ningún inconveniente.
De aquí continuamos hasta la gran Plaza Mohammed V, con grandes fuentes y jardines y la mayor concentración de palomas que yo haya visto en la vida y gran cantidad de edificios, la mayoría de ellos de estilo mudéjar de influencia francesa y marroquí, como el Palacio de Justicia, la embajada francesa, edifico de correos y el Banco Nacional. Al frente el tribunal de primera instancia también con gran cantidad de gente paseando o tomando el sol en un agradable día.